Asesoramiento:
Este es el punto más delicado de nuestra tarea, puesto que es la toma de contacto con el afectado y sus familiares. Se comunican con nosotros, nos explican su situación, sentimientos y emociones. Escuchamos con atención todas y cada una de sus vivencias, y empieza nuestra tarea. Priorizar, separar y tranquilizar al afectado y su familiar no es tarea fácil. Realizamos sesiones conjuntas o por separado. Algunos de los temas que se tratan son: la ayuda hospitalaria, los centros de referencia, la ayuda jurídica y legal o la petición de expedientes de discapacidad, subvenciones entre otros.
Orientación:
Tanto los afectados como los familiares, se sienten desorientados en las diferentes etapas y fases que nos encontramos como enfermos: ingresos, cirugías, pruebas diagnosticas o la vida cotidiana. Nuestra tarea consiste a guiar al afectado con nuestra experiencia. Planificamos y estudiamos cuál es la situación de cada afectado, y desarrollamos unas pautas a seguir para no repetir o perder tiempos y fuerzas en situaciones que nos causan frustración, nervios y angustia.
Desarrollo/Seguimiento:
Activamos una hoja de ruta. Dónde estamos y dónde queremos llegar. En ella habrá recomendaciones para pacientes y familiares para afrontar diferentes situaciones.